22 de diciembre-Hanuka

Hola Duendelines

En otras culturas no se celebra la Navidad, pero también tienen fechas especiales que celebrar.

Millones de judíos en Israel y en otros países del mundo comenzaron hoy la celebración de la fiesta de la Hanuká o de las Luminarias.

La fiesta de la Hanuká se ha convertido en una especie de carnaval para los niños y con la que los judíos rememoran la consagración del bíblico Templo de Jerusalén en el siglo II antes de Cristo.

La Hanuká comienza al caer el sol, como todas las festividades judías y se prolonga durante ocho días en los que se enciende en cada hogar una pequeña velita de forma acumulativa.

"Una el primer día y a ella le agregaremos otra por cada día que pase, hasta llegar a las ocho del último día", explica un judío de Tel Aviv.

Junto a ellas, siempre habrá encendida una velita separada del resto y que hace las veces de "asistente" o "shamash" para prender las otras, explica.

Con estas luces, que algunos encienden con lámparas de aceite, los judíos conmemoran el milagro de la Hanuká que se produjo, según el verso tradicional, al concluir la revuelta de los macabeos contra el Imperio Seleúcida entre el 167 y 164 antes de Cristo.

En aquellos días, el emperador Antíoco IV, que había heredado el dominio sobre el reino de Judea de su abuelo Antíoco III, obligó a los judíos a abandonar sus creencias religiosas y rendir culto a los dioses griegos, que colocó en el Templo de Jerusalén.

"Para los judíos, cuyo elemento central de su fe es el monoteísmo, tener que abandonar sus creencias fue una declaración de guerra", explica el docente Mati Schers, "por lo que una familia sacerdotal, los Macabeos, se alzó en armas contra los conquistadores".

Tres años llevó la revuelta hasta que Judas el Macabeo liberó Jerusalén, tras lo cual destruyó las imágenes de los dioses griegos paganos que había en el Templo y procedió a purificarlo.

"La purificación –dice Raz- terminaba con el encendido del candelabro de siete brazos, pero no encontraron sino una única medida de aceite puro para hacerlo", es decir para un solo día.

Pero el aceite duró ocho días enteros, los suficientes hasta prensar más aceite y ése es el milagro que conmemoran los judíos hasta el día de hoy.

El nombre de la fiesta, Hanuká, se origina en el hecho mismo de la purificación del Templo y literalmente significa "inauguración", "dedicación" o "consagración".

La Hanuká es en la actualidad una de las fiestas judías más bonitas, con festivales musicales por todo Israel, obras de teatro para los niños y, por supuesto, vacaciones de la escuela.

"Una auténtica Navidad!", destaca Schers sobre el carácter alegre de la fiesta y los regalos que en ella se dan a los niños.

Y para recordar el milagro todos encienden al lado de una ventana que dé a la calle un candelabro de ocho brazos, que bendicen en recuerdo de los macabeos y del templo de Jerusalén.


Así como nosotros tenemos el turrón, en esta fiesta se deleitan cada año con unas suntuosas "sufganiot" o bolas fritas de masa rellenas de dulce de leche, mermelada o chocolate, cuyo único inconveniente es que engordan un montón. Otros, sobre todo los judíos de origen noreuropeo, preferirán inclinarse por la menos calórica "latkes", una fritura de patata rallada con cebolla y huevo batido.

Otro elemento típico de esta fiesta son unos trompos piramidales en cuyos lados aparecen cuatro letras hebreas que responden al acrónimo de "Milagro grande ocurrió aquí".

A diferencia de Israel, en las comunidades judías de la diáspora también es común la representación de obras teatrales para contar la historia de los legendarios macabeos.



y esta cancioncit de regalo, espero que os la aprendais y la canteis...




Espero que os haya gustado esta historia.

Besos de vuestra Duendelina.