5 de diciembre- Mañana es SAN NICOLÁS
En muchos países, como Alemania, mañana se celebra San Nicolás. Los niños cuelgan su calcetín de la chimenea y San Nicolas les deja algo dentro. Como todos mis calcetines están rotos San Nicolas me dejó esta historia para vosotros.
PAPA NOEL Y EL FANTASMA BENITO
por Alexandra Deluca
Historia creada para aquellos que no creen en cuentos, en fantasmas ni en Papa Noel. Y como dicen las malas lenguas...
"Que los hay... los hay...".
Les doy la garantía que esto sucedió de verdad.
Nada es ficción, y si no, fíjense lo que le sucedió a esta familia durante la semana vísperas de Navidad hace muchísimos, muchísimos años atrás, diría yo, cieeeentos o miiiiles de años atrás, hasta el infinito, pero siempre uno más que vos.
Érase una vez, en una gran bota en el medio del jardín vivía la familia Zapato, papá Talón, la mamá Medias y sus hijos Calcetín y Zoquete.
Como todos los fines de año, al llegar la Navidad, todo en la casa, era una verdadera fiesta. El señor Talón trabajaba muy duro en su zapatería para la llegada de Papa Noel. Trabajaba día y noche sin parar, era el zapatero más conocido del poblado, los hacía de cuero, cuerina, cartón y cartulina.
Y esa semana, era cuando había más trabajo. Todos querían zapatos nuevos para esperar al señor de la barba larga y blanca de los regalos.
Botas para el campesino, mocasines para las niñas, para la dama de taco fino y para el bolsillo del caballero...ah no!....ese es otro cuento...perdón.
La cuestión, que este zapatero le vendía a todo el pueblo, a toda la ciudad, cruzando las fronteras ,los puentes y los anchos mares.
Todos hablaban de Don Talón, todo el mundo calzaba los zapatos del zapatero remendón.
-Pobres ilusos- decía -
Y mientras dale que dale con el martillo y los clavos cantaba contento por todo el lugar...
"...cuanto más crean en Papa Noel,
más zapatos van a comprar,
y yo, cada vez más rico,
con la fama de él
voy a quedar..."
Zoquete y Calcetín veían con mucho desagrado que sus padres trabajaban sin cesar solamente para fabricar más zapatos y llenarse los bolsillos de monedas de oro. Por las noches, solo se escuchaba... PÍN, PÍN, PÁN, PÁN... del martillo del zapatero. Don Talón y doña Medias, no sabían que sus hijos, si creían y mucho en Papa Noel, que aseguraban haberlo visto por los cielos con su gran trineo, salpicando de chispitas de color cada chimenea. Cuando se tocaba el tema, los padres reían, y seguían... PÍN, PÍN, PÁN, PÁN... PÁN, PÁN, PÍN, PÍN...
-Algo tenemod que haced- dijo Calcetín con su nariz tapada.
-Ya lo creo- contestó Zoquete, mientras le daba un pañuelo a su hermano.-Me pone triste que nuestros padres no crean en Papa Noel, y que lo único que les interese sea el negocio de vender y vender, más y cada vez más.
-¡¡¡¡...AAACCCHHHÚÚÚ...!!!! y digo yo... ¿podqué no le eddcribimo uba carta a Papa Noel y le contabo lo que nod paza?!!!.. ¡¡¡AAACCCHHHÍIISSS...!!!
-"Querido Papa Noel:
Mi hermano Calcetín y yo Zoquete queremos por esta única vez, y por este único medio, pedirte un favor, no un regalo. Queremos que nuestros padres empiecen a creer nuevamente en tí, ya que ahora que son grandes, lo único que les interesa es hacer dinero y más dinero para la noche de Navidad. Esperamos que no estés muy ocupado y que puedas contestarnos lo más pronto posible, ya que falta solamente una semana para que vengas.
Te mandamos un beso grande y un avraso...
(abrazo con b larga y z)-le dijo Calcetín al oído de su hermano...
¡Ah! sí... bueno, un abrazo gigante...
Zoquete y Calcetín Zapato
Casa "La Bota"
Calle Lengüeta, número 40
Ciudad:"Las huellas perdidas."
-CARTEEEEROOOO- dijo la cigüeña secándose el sudor de su frente, acomodándose la gorra y con una enorme bolsa en la punta de su pico.
-Y POR MILÉSIMA VEEEEZZZZ-
En ese momento, un gran hipopótamo abrió sus bocaza, y tomó entre sus dientes la correspondencia.
Los monos y las jirafas eran los encargados de leerle a Papa Noel todas las cartas .Tardaban 6 soles y 7 lunas en leerlas una por una, y en contestarlas,50 vueltas de reloj ida y vuelta sin parar.
A las manos del monito Ramón, llegó la carta de nuestros amigos Zoquete y Calcetín.
-MMMMM...- pensó Papa Noel, rascándose la mejilla y moviendo su gran bigote blanco.
-¡¡¡BUSCA A BENITO EL FANTASMA!!!- dijo a la cigüeña.
Si alguien vió cabalgar por las nubes, montar en bicicleta por los ríos, pilotear un avión en el medio de la ciudad, es que conoce ...o mejor dicho...tuvo el verdadero placer de conocer al fantasma Benito.
Benito puede vestirse con un traje muuuuy elegante o en camiseta y zapatillas.
Puede estar peinado a la gomina o con los pelos todos parados como si fuera un escobillón. Puede comerse un melón entero con jugos de zanahorias o un kilo de frutillas mientras prepara un pollo ,tres lechones y dos pancitos, y todo esto, sin respirar. Navega por los mares en patineta y hace surf en los pantanos.
Flota por todos los rincones, metiéndose en heladeras, habitaciones y automóviles sin pedir permiso. Si la moto no arranca, no prenden las hornallas, o la televisión no funciona, les puedo asegurar que ahí nuestro amigo el fantasma.
Cuando Benito leyó la carta, entendió claramente el mensaje que venía del Polo Norte, del Polo Sur, del desierto de Sahara y de la laguna de Chascomús.
Tenía que hacer de las suyas para devolverle a Don Talón y a Doña Medias el sentimiento de creer en un mundo de fantasía ,de ilusión, de sueños y esperanzas, y...quién mejor para todo esto que el fantasma Benito????
PÍN, PÍN, PÁN, PÁN...noche tras noche, el martillo iba y venía, subía y bajaba, dale que te dale.
En un momento Don Talón suspiró profundamente y le dijo a su esposa del cansancio y de la necesidad de dormir un poco. Ella aceptó encantada, sus manos tenían callos y su pelo teñido de todos los colores... era mejor descansar y seguir en la jornada siguiente.
Y con el redoblar de los tambores y el chasquido de los platillos, aparece en escena nuestro amigo Benito.
-BBBÚÚÚ... A veeeer... quééé tenemos por acááá... zapatos, zapatos y más zapatos... muy interesante- dijo Benito vestido de arlequín con un moño púrpura en la cabeza.
Tomó los azules y los llevó a la chimenea, los rojos fueron a parar al vestíbulo, los marrones a la cocina y los blancos al lavadero.
-Por ser el primer día... suficiente...
Y montando en su motocicleta de plata, se subió a un barrilete amarillo despidiéndose de los zapatos con una sonrisa hecha de cáscara de naranja.
A la mañana siguiente, tamaña sorpresa le esperaba a Don Talón y su esposa, no podían creer lo que había sucedido. Les tomó todo el día juntarlos y volverlos a apilar...menudo trabajo. Esa tarde, Benito vestido de bombero azul y con una bayoneta de plata, fue pintando todos los zapatos con pintura transparente.
Cada zapato que Don Talón y Doña Medias terminaban, al ratito los rojos eran verdes, los azules amarillos, los marrones blancos.
Zoquete y Calcetín miraban asombrados tantos cambios y muertos de risa se escondían en el vestidor festejando cada nueva y loca ocurrencia del fantasma Benito.
Y así, pasaron tres días.
Los zapatos eran tortugas o melones, los cordones lombrices o lagartijas, cuando no cambiaban de color.
Ya cansados de tanto trabajar y tanto lío, se sentaron apesadumbrados junto a la gran chimenea.
Desconsolados se tomaron de la mano, ya sin fuerzas para seguir.
En ese momento desde el reloj cucú, salió el fantasma Benito para cantar las 12 horas vestido de calandria con una flor en el ojal.
"Son las 12 y no tan sereno
vestido de pájaro vengo
a informarles del desconsuelo
que tiene mi jefe supremo.
Se llama Papa Noel
y muy triste está él
Doña Medias y Don Talón
no creen en su corazón.
El que solo piensa en el dinero
se caerá por este agujero
Si no arreglan este embrollo
ajustándose el cinturón
los zapatos serán un bollo
y la bota un papelón"
El matrimonio Zapato al escuchar estos versos, se tomaron fuertemente de las manos y le contestaron a Benito que estaba sentado en el fuego de la chimenea comiendo una hermosa sandía vestido de Napoleón.
"Corre, ve y dile
a tu jefe supremo
que le pedimos perdón
por tanta desazón.
Que juramos tenerlo para siempre
en nuestro corazón
que haremos un gran banquete
con Calcetín y Zoquete
y que aprendimos la lección."
Fue la Navidad más linda de todos los tiempos, la familia Zapato regaló tantos zapatos como días tienen mil años.
De todas partes venían, y de todos los talles la gente buscaba.
Benito se los había llevado a rayas azules y blancas, con globos rojos y amarillos y burbujas con brillantina.
Así termina esta historia
de lechuga y zanahoria
con Benito a la cabeza
Y Papa Noel en la gloria.
Cuando calces un zapato
guárdalo en la memoria
que tan solo por un rato
te contaron esta historia
del fantasma Benito
una noche de Navidad
que Papa Noel existe
y está lleno de bondad.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
FIN
Espero que os haya gustado esta histori, dulces sueños duendelines... y hasta mañanaaaaa.
Vuestra Duendelina
Cuento original por: Alexandra Deluca
PAPA NOEL Y EL FANTASMA BENITO
por Alexandra Deluca
Historia creada para aquellos que no creen en cuentos, en fantasmas ni en Papa Noel. Y como dicen las malas lenguas...
"Que los hay... los hay...".
Les doy la garantía que esto sucedió de verdad.
Nada es ficción, y si no, fíjense lo que le sucedió a esta familia durante la semana vísperas de Navidad hace muchísimos, muchísimos años atrás, diría yo, cieeeentos o miiiiles de años atrás, hasta el infinito, pero siempre uno más que vos.
Érase una vez, en una gran bota en el medio del jardín vivía la familia Zapato, papá Talón, la mamá Medias y sus hijos Calcetín y Zoquete.
Como todos los fines de año, al llegar la Navidad, todo en la casa, era una verdadera fiesta. El señor Talón trabajaba muy duro en su zapatería para la llegada de Papa Noel. Trabajaba día y noche sin parar, era el zapatero más conocido del poblado, los hacía de cuero, cuerina, cartón y cartulina.
Y esa semana, era cuando había más trabajo. Todos querían zapatos nuevos para esperar al señor de la barba larga y blanca de los regalos.
Botas para el campesino, mocasines para las niñas, para la dama de taco fino y para el bolsillo del caballero...ah no!....ese es otro cuento...perdón.
La cuestión, que este zapatero le vendía a todo el pueblo, a toda la ciudad, cruzando las fronteras ,los puentes y los anchos mares.
Todos hablaban de Don Talón, todo el mundo calzaba los zapatos del zapatero remendón.
-Pobres ilusos- decía -
Y mientras dale que dale con el martillo y los clavos cantaba contento por todo el lugar...
"...cuanto más crean en Papa Noel,
más zapatos van a comprar,
y yo, cada vez más rico,
con la fama de él
voy a quedar..."
Zoquete y Calcetín veían con mucho desagrado que sus padres trabajaban sin cesar solamente para fabricar más zapatos y llenarse los bolsillos de monedas de oro. Por las noches, solo se escuchaba... PÍN, PÍN, PÁN, PÁN... del martillo del zapatero. Don Talón y doña Medias, no sabían que sus hijos, si creían y mucho en Papa Noel, que aseguraban haberlo visto por los cielos con su gran trineo, salpicando de chispitas de color cada chimenea. Cuando se tocaba el tema, los padres reían, y seguían... PÍN, PÍN, PÁN, PÁN... PÁN, PÁN, PÍN, PÍN...
-Algo tenemod que haced- dijo Calcetín con su nariz tapada.
-Ya lo creo- contestó Zoquete, mientras le daba un pañuelo a su hermano.-Me pone triste que nuestros padres no crean en Papa Noel, y que lo único que les interese sea el negocio de vender y vender, más y cada vez más.
-¡¡¡¡...AAACCCHHHÚÚÚ...!!!! y digo yo... ¿podqué no le eddcribimo uba carta a Papa Noel y le contabo lo que nod paza?!!!.. ¡¡¡AAACCCHHHÍIISSS...!!!
-"Querido Papa Noel:
Mi hermano Calcetín y yo Zoquete queremos por esta única vez, y por este único medio, pedirte un favor, no un regalo. Queremos que nuestros padres empiecen a creer nuevamente en tí, ya que ahora que son grandes, lo único que les interesa es hacer dinero y más dinero para la noche de Navidad. Esperamos que no estés muy ocupado y que puedas contestarnos lo más pronto posible, ya que falta solamente una semana para que vengas.
Te mandamos un beso grande y un avraso...
(abrazo con b larga y z)-le dijo Calcetín al oído de su hermano...
¡Ah! sí... bueno, un abrazo gigante...
Zoquete y Calcetín Zapato
Casa "La Bota"
Calle Lengüeta, número 40
Ciudad:"Las huellas perdidas."
-CARTEEEEROOOO- dijo la cigüeña secándose el sudor de su frente, acomodándose la gorra y con una enorme bolsa en la punta de su pico.
-Y POR MILÉSIMA VEEEEZZZZ-
En ese momento, un gran hipopótamo abrió sus bocaza, y tomó entre sus dientes la correspondencia.
Los monos y las jirafas eran los encargados de leerle a Papa Noel todas las cartas .Tardaban 6 soles y 7 lunas en leerlas una por una, y en contestarlas,50 vueltas de reloj ida y vuelta sin parar.
A las manos del monito Ramón, llegó la carta de nuestros amigos Zoquete y Calcetín.
-MMMMM...- pensó Papa Noel, rascándose la mejilla y moviendo su gran bigote blanco.
-¡¡¡BUSCA A BENITO EL FANTASMA!!!- dijo a la cigüeña.
Si alguien vió cabalgar por las nubes, montar en bicicleta por los ríos, pilotear un avión en el medio de la ciudad, es que conoce ...o mejor dicho...tuvo el verdadero placer de conocer al fantasma Benito.
Benito puede vestirse con un traje muuuuy elegante o en camiseta y zapatillas.
Puede estar peinado a la gomina o con los pelos todos parados como si fuera un escobillón. Puede comerse un melón entero con jugos de zanahorias o un kilo de frutillas mientras prepara un pollo ,tres lechones y dos pancitos, y todo esto, sin respirar. Navega por los mares en patineta y hace surf en los pantanos.
Flota por todos los rincones, metiéndose en heladeras, habitaciones y automóviles sin pedir permiso. Si la moto no arranca, no prenden las hornallas, o la televisión no funciona, les puedo asegurar que ahí nuestro amigo el fantasma.
Cuando Benito leyó la carta, entendió claramente el mensaje que venía del Polo Norte, del Polo Sur, del desierto de Sahara y de la laguna de Chascomús.
Tenía que hacer de las suyas para devolverle a Don Talón y a Doña Medias el sentimiento de creer en un mundo de fantasía ,de ilusión, de sueños y esperanzas, y...quién mejor para todo esto que el fantasma Benito????
PÍN, PÍN, PÁN, PÁN...noche tras noche, el martillo iba y venía, subía y bajaba, dale que te dale.
En un momento Don Talón suspiró profundamente y le dijo a su esposa del cansancio y de la necesidad de dormir un poco. Ella aceptó encantada, sus manos tenían callos y su pelo teñido de todos los colores... era mejor descansar y seguir en la jornada siguiente.
Y con el redoblar de los tambores y el chasquido de los platillos, aparece en escena nuestro amigo Benito.
-BBBÚÚÚ... A veeeer... quééé tenemos por acááá... zapatos, zapatos y más zapatos... muy interesante- dijo Benito vestido de arlequín con un moño púrpura en la cabeza.
Tomó los azules y los llevó a la chimenea, los rojos fueron a parar al vestíbulo, los marrones a la cocina y los blancos al lavadero.
-Por ser el primer día... suficiente...
Y montando en su motocicleta de plata, se subió a un barrilete amarillo despidiéndose de los zapatos con una sonrisa hecha de cáscara de naranja.
A la mañana siguiente, tamaña sorpresa le esperaba a Don Talón y su esposa, no podían creer lo que había sucedido. Les tomó todo el día juntarlos y volverlos a apilar...menudo trabajo. Esa tarde, Benito vestido de bombero azul y con una bayoneta de plata, fue pintando todos los zapatos con pintura transparente.
Cada zapato que Don Talón y Doña Medias terminaban, al ratito los rojos eran verdes, los azules amarillos, los marrones blancos.
Zoquete y Calcetín miraban asombrados tantos cambios y muertos de risa se escondían en el vestidor festejando cada nueva y loca ocurrencia del fantasma Benito.
Y así, pasaron tres días.
Los zapatos eran tortugas o melones, los cordones lombrices o lagartijas, cuando no cambiaban de color.
Ya cansados de tanto trabajar y tanto lío, se sentaron apesadumbrados junto a la gran chimenea.
Desconsolados se tomaron de la mano, ya sin fuerzas para seguir.
En ese momento desde el reloj cucú, salió el fantasma Benito para cantar las 12 horas vestido de calandria con una flor en el ojal.
"Son las 12 y no tan sereno
vestido de pájaro vengo
a informarles del desconsuelo
que tiene mi jefe supremo.
Se llama Papa Noel
y muy triste está él
Doña Medias y Don Talón
no creen en su corazón.
El que solo piensa en el dinero
se caerá por este agujero
Si no arreglan este embrollo
ajustándose el cinturón
los zapatos serán un bollo
y la bota un papelón"
El matrimonio Zapato al escuchar estos versos, se tomaron fuertemente de las manos y le contestaron a Benito que estaba sentado en el fuego de la chimenea comiendo una hermosa sandía vestido de Napoleón.
"Corre, ve y dile
a tu jefe supremo
que le pedimos perdón
por tanta desazón.
Que juramos tenerlo para siempre
en nuestro corazón
que haremos un gran banquete
con Calcetín y Zoquete
y que aprendimos la lección."
Fue la Navidad más linda de todos los tiempos, la familia Zapato regaló tantos zapatos como días tienen mil años.
De todas partes venían, y de todos los talles la gente buscaba.
Benito se los había llevado a rayas azules y blancas, con globos rojos y amarillos y burbujas con brillantina.
Así termina esta historia
de lechuga y zanahoria
con Benito a la cabeza
Y Papa Noel en la gloria.
Cuando calces un zapato
guárdalo en la memoria
que tan solo por un rato
te contaron esta historia
del fantasma Benito
una noche de Navidad
que Papa Noel existe
y está lleno de bondad.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
FIN
Espero que os haya gustado esta histori, dulces sueños duendelines... y hasta mañanaaaaa.
Vuestra Duendelina
Cuento original por: Alexandra Deluca
2 comentarios:
Mu bonito.
Iluminando una plaza de por aquí se han pasado un poco y los críos lo han reconocido: "como el del calendario".
Jajajajajajajajajja
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